Entrevista a Carla Salinas: Escoria y chatarra industrial, dos focos de Rio Claro en el mundo del reciclaje

Carla Salinas tiene experiencia en Rio Claro. Comenzó a formar parte en Noviembre del 2010 y hoy se desempeña en la unidad ambiental de la empresa experta en reciclaje industrial. El aporte de Rio Claro y Carla son enormes, ya que fijaron su foco en un nicho casi olvidado cuando se habla de reciclaje: El de la escoria y chatarra industrial.

El camino ha sido largo, lleno de baches que hacen la tarea de ayudar a construir un país más limpio y ecológico sea agotadora. Tanto la falta de apoyo normativo y económico, así como la poca visibilidad que se le da a esta rama del reciclaje no ayudan, pero reconoce que trabajar arduamente para que estos cambios se generen, vale absolutamente todo el esfuerzo invertido.

Río Claro nació a mediados de la década de los 90s haciendo asesorías para el cumplimiento de normas ISO. Hoy cuenta con presencia en ciudades tan lejanas entre sí como Antofagasta, Talca o Talcahuano.

El año 2010, Rio Claro inicia un plan de investigacion  para la  gestión de escoria,  on alrededor de 4500 toneladas de escorias negras y 7000 toneladas de hormigón endurecido los que esta empresa es capaz de procesar y se espera que próximamente puedan comenzar con escoria de cobre. Este último material tiene mucho potencial para ser integrado en la construcción de salas de espera en centros de salud, educación u otros lugares en que se pueda generar una barrera contra la proliferación de agentes dañinos para la salud, gracias a sus propiedades antimicrobianas.

Carla admite que cada paso en la construcción de un país más verde es importante, pero acota que aún nos falta bastante.

El arte del lobby fue lo que tuvo que poner en práctica para lograr varios de los avances del último tiempo, ya que afirma que es difícil conseguir que todos los agentes involucrados en esta materia se puedan sentar a conversar para lograr acuerdos. Generalmente la organización grupal para ir en busca del apoyo parlamentario o estatal es la tarea más difícil, pero una vez que se logra, absolutamente todo vale la pena. Se empuja el límite y se motiva a llegar más allá. “Por eso para nosotros es tan importante pertenecer a una Asociación Gremial como ANIR, ya que nos ayuda a cumplir estos objetivos y acercarnos cada vez más a nuestros stakeholders” finaliza.